Todo llega en esta vida. Sí, posiblemente, si tienes un ordenador personal desde hace algún tiempo, en algún momento tendrás que hacerte una de estas dos preguntas: ¿aún no tienes una impresora? o ¿tienes que renovar tu vieja impresora?
En el caso de que te acojas a la primera pregunta, piensa cuantas veces has tenido la necesidad de imprimir un documento y has tenido que investigar dónde tenías una copistería cercana. Sin duda, te encuentras en este caso, habrás perdido tiempo en desplazamiento, y un coste bastante algo por cada hoja impresa. Ahora bien, con el avance de las nuevas tecnologías, hay documentos que seguro no te gustará depositar en manos ajenas. Los trámites con las distintas administraciones están cada vez más vinculadas a la navegación personal por internet para acceder a tus datos: declaraciones de la renta, tramites con hacienda, hoja de vida laboral, pagar multas de tráfico, gestiones bancarias, etc. Muchos de estos tramites tienen como meta la obtención de un documento que debes conservar en papel o, en todo caso, se recomienda hacerlo. ¿Tu copistería es de confianza? ¿Te sientes cómodo entregando tus documentos con información personal a un extraño en un dispositivo USB?
Posiblemente, tras pensar en todo esto, habrás caído en la cuenta de lo necesario que resulta hoy en día tener una impresora domestica ocupando algún rincón de nuestro domicilio. En el caso de haber respondido a la segunda pregunta planteada al inicio de este post, ya sabrás qué es eso de tener un “trasto” que posiblemente usas muy de vez en cuando pero que te resulta bastante necesario y que, atendiendo a la ley de Murphy, sólo falla cuando más la necesitas. Lo que es cierto es que te hayas decantado por la primera o por la segunda pregunta que abre este post, tendrás mil dudas con respecto a qué debes tener en cuenta para comprar una impresora de calidad sin que repercuta demasiado en tu bolsillo.
Es muy seguro que, hayas tenido impresora previamente o no, lo primero que harás será consultar a tu entorno cercano sobre qué impresoras usan, si les funcionan bien, si les dan el rendimiento deseado. Pues bien, una vez pasado este primer “tramite”, posiblemente sigas teniendo cientos de dudas. A menos que alguien de tu entorno cercano te haya recomendado una “superimpresora” infalible, sigue leyendo atentamente.
Lo primero que debes hacer es reflexionar sobre qué uso le vas a dar a esta impresora, más allá de esa obviedad: “imprimir, pues claro”. ¿Le vas a dar un uso intensivo? ¿Imprimirás constantemente? ¿Imprimirás a diario pero no de forma intensiva? ¿Uso esporádico semanal o mensual? Hasta aquí todo claro. Posiblemente tú sólo quieras imprimir cuando lo necesites, pero no de forma habitual. Ahora bien, ¿qué tipo de documentos? ¿Sólo en blanco y negro o en color? ¿O quizá lo que quieres es una impresora de calidad fotográfica? En este ultimo caso, debo avisarte que la impresión fotográfica te saldrá bastante caro.
Una vez tengas la certeza del uso que vas a darle a la impresora, deberías saber que en el mercado existen impresoras multifunción que pueden resultarte útiles. Hoy en día, lo más común en impresoras multifunción son aquellas que incorporan la función de escáner de documentos. Aunque también las hay con función de fax, seamos sensatos, los envíos por fax están prácticamente en desuso, a excepción del uso empresarial que se le pueda dar. Posiblemente el escáner y una cuenta de correo electrónico te aporten la misma solución que la función fax. Por tanto, lo recomendable es decantarse por impresoras multifunciones sólo con escáner, ya que te ahorrarás algún dinero, además de espacio en otro aparato (el escáner por separado).
Seguro que ya lo has meditado un poco. Debes tener claro si tu impresora va a ser de uso domestico o empresarial. La diferencia está basada en que si lo que vas a hacer es imprimir sólo documentos de texto, quizá lo más recomendable es hacerte con una impresora láser o de inyección de tinta. Esto también dependerá del volumen de impresión. Si eres un usuario doméstico y le vas a dar un uso eventual y también en color, no le des más vueltas, la opción de inyección de tinta será tu mejor opción. Por el contrario, si vas a estar imprimiendo constantemente una gran cantidad de documentos, tu mejor opción es el láser, por la rapidez y el acabado.
Si te pasas por una tienda a comprar una impresora, fíjate en el detalle de las tintas. Si vas a darle un uso eventual, debes saber que las tintas son extremadamente caras. Debes buscar una impresora que economice bien en el uso de estas. Las tintas de impresoras se cotizan caras, tanto es así que un cartucho de 50 ml. de tinta puede llegar a costarte un 43% más caro que la misma cantidad del perfume Chanel Nº5. Por ello elige una impresora para la que se encuentren fácilmente cartuchos de tinta de marcas blancas. Un gran ahorro sin disminuir demasiado en calidad. Aunque lo mejor es imprimir con el modo de ahorro de tinta activado.
La compra de una impresora se asemeja a un concesionario de coches. Una vez que tengas claro que quieres, debes pensar en los extras. Impresoras con wifi o con bluetooth, serán más cómodas, ahorrándote los engorrosos cableados, más si dispones de un ordenador portátil, pero encarecerán un poco más el precio. ¿Comodidad o precio? Aquí entramos en una cuestión de “bolsillos”.
Para finalizar, sólo una recomendación final: busca, compara y ante impresoras con características similares, si la encuentras más barata, compra esa.